sábado, 2 de abril de 2011

Los Trashumantes

Cambiantes, variables, discontinuos… así han transcurrido los últimos años de la irrealidad venezolana. Y es que, como una suerte de nómadas del pensamiento, a la voz del pastor principal, pasamos de una opinión a otra, de un proyecto a otro, de una idea a la siguiente, en un inicio constante sin finalización ninguna, en la que todos terminamos, moviéndonos dándo vueltas girando en torno al sinsentido de un por ahora eterno.

Pareciera, que la temporalidad, aún más, que la provisionalidad de las cosas, que puede ir desde un puente hasta un sistema educativo, en vez de excepción se constituye en norma… y así cual trashumantes, vamos, recorriendo a destiempo y en total asincronía nuestro país, pretendiendo estabilidad donde la inestabilidad está a la orden del día… Donde dependemos todos del capricho de una sola persona.

Lo curioso, es que además, estamos ciegos. Tan ciegos estamos, que parece que no podemos vernos unos a los otros; y así, Hay quienes piensan que danzan al ritmo de la voz mandante por gusto y decisión propia, otros creen que van obligados, algunos juran que no forman parte del baile y que no participan.. Otros más... creen poder mirar desde fuera e incluso no falta el que pocos imagina que no mirando nada ocurre, al menos no a él… Pero el caso es que nómadas todos, terminamos siendo partícipes del circo general, metidos unos y otros en la gran carpa, bailando al unísono de un ritmo que perdió el sentido hace largo rato.

viernes, 25 de marzo de 2011

El valor de la vida....

Hace unos días una persona que conozco sufrió un accidente y de repente, en un momento muy pequeño, se dió cuenta cómo su vida pasó ante sus ojos y más aún, como podía irse en un segundo. Luego del incidente, la reflexión ha sido enorme, la reconsideración de sus propias creencias, el reencuentro con lo que en verdad vale y el sentido que ahora quiere darle a esta nueva oportunidad que ahora tiene. Esa conversación, además de hermosa y aleccionadora , me hizo pensar en el valor que los seres humanos le damos a la vida. En lo particular, cada uno de nosotros tenemos nuestros temores ante la muerte y nuestras creencias míticas y mágicas que a nosotros nada nos va a pasar, a menos no todavía.... Pero en lo general, en lo colectivo... retomando la entrada anterior en la que hablaba sobre la autonomía de los pueblos, recordando ese discurso que hemos escuchado en estos últimos años, donde el lenguaje militar y de guerra ya se nos ha hecho tan cotidiano que es parte de nuestro dialecto y lo vemos natural, pareciera que la vida no es un valor, que ni siquiera es un derecho.
Tan acostumbrados estamos a las estadísticas de fin de semana, donde las muertes violentas nos hablan de 64 y parece que es un numero cualquiera, escuchamos sobre las protestas en oriente medio, sobre las muertes de cientos y miles de personas, y hacemos discusiones sobre el intervencionismo, o la autonomía y se nos olvida que por mas reflexiones filosóficas que hagamos, o por mas que uno u otro tenga la razón, la vida de la gente, se nos va de las manos como si nada importara... Es tan terrible la cosa, que parece que importa mas si las armas son de origen ruso o de origen americano para justifcar y ver si la muerte es buena o no, cuando ambas son muertes igualmente violentas y terribles, cuando igual parece que no han pasado cinco mil años y estamos igualitos que el primer día que empezamos a tratar de civilizarnos. Estamos tan ensimismados en nuestro propio conflicto político y tan ciegos, que ocurren cosas tan absurdas que se dota un ambulatorio o un hospital dependiendo del sector político gobernante, como si la salud y la vida de los ciudadanos no estuviera en juego en todas las emergencias... estamos tan vacíos que vamos a la asamblea a hacer debate si somos democráticos o comunistas (parece que ambas son enfermedades incurables y contagiosísimas) y nos etiquetamos y nos señalamos con el dedo.. sin ver lo enfermos que estamos todos, al punto que no ya no nos damos cuenta de nuestras propias muertes de todos los días, las de la inseguridad, las de nuestros pacientes en los hospitales, sin oír las voces las de las gentes que equivocadas o no quieren ser escuchadas... sin darnos cuenta que el derecho humano fundamental, la vida, pasó a ser un cifra, que cada lado usa como lema... hace ya tanto tiempo que parece que perdimos la conexión con el milagro que significa nacer y simplemente vivir.

miércoles, 23 de marzo de 2011

¿la autonomia de los pueblos?

Ayer, escuché entre tantas de las expresiones utilizadas en las discusiones de la Asamblea Nacional, la expresión, Autonomía de los pueblos... Interesante término, máxime cuando por lo difuso, cuesta entender, que quiere decir quien usa la expresión para con ella justificar y más aún convalidar y hasta glorificar las acciones de los gobiernos, aún cuando esas acciones vayan en contra de las libertades, de los derechos y de las autonomías particulares de las personas que forman parte de cada uno de esos pueblos.
Es cierto. Los pueblos, Los Países, los Estados, deben ser autónomos y libres, deben ser ellos mismos quienes encuentren sus propios caminos hacia la construcción de sus economías, su vida política, su vida civil y el bienestar y libertades de sus ciudadanos. Es cada pueblo quien tiene a su vez el sagrado deber de honrarse a sí mismo, teniendo gobiernos dignos, que puedan llevar a cabo la tarea del bienestar de sus ciudadanos. Ahora bien, ¿esa autonomía está justificada por encima de todas las cosas?, ¿Está justificada por encima del propio bienestar y los derechos de cada uno de los ciudadanos? ¿Hasta donde en nombre de la autonomía se justifica la acción desmedida? Y la intervención de un Tercero, ¿esta justificada en algún caso?, ¿En qué caso está bien o no lo está?
La diatriba y la discusión parece que nunca acaban, y los puntos de vista se encuentran y desencuentran justificando una visión política en ocasiones, en otra un factor económico. Lo cierto es que a pesar del debate, el derecho a la vida y al bienestar ciudadano, el derecho a pensar por sí mismo, a decidir lo que se quiere para sí, el derecho a escoger y a disentir, el derecho a ser, no pueden ser avasallados por ningún gobierno escudado bajo el nombre de pueblo soberano y autónomo. La reflexión del día de hoy es simple.. Las personas son quienes conforman los pueblos.. sin personas capaces de ser y pensar por sí mismas, el término autonomía de los pueblos no es mas que un engaño infeliz..